11 Abr Sé feliz
El día parecía especialmente preparado para llevar a cabo nuestra excursión. El cielo azul sin la más pequeña nube, la temperatura ideal, las primaverales fragancias en el aire y el destino ideal para el viaje, el valle del Jerte.
Como casi todo el mundo sabe, esa zona ofrece un espectáculo único durante unos cuantos días, la increíble floración de los cerezos a lo largo y ancho de todo el valle. Las terrazas situadas en las laderas de las montañas albergan millares y millares de cerezos que despliegan un espectáculo incomparable. El valle mide unos 40 km de largo y hasta donde la vista alcanza, a ambas riberas del río, se alzan esas empinadas terrazas llenas de cerezos grandes y pequeños, cubiertos de su preciosa flor blanca. Más arriba se pueden apreciar las cumbres de las montañas y, encima, el infinito cielo azul. Espléndido comienzo de la primavera y una idea perfecta para pasar un día estupendo.
Ese ánimo, lleno de impacientes expectativas, era el que albergaba la mayoría de los miembros de nuestro grupo. Llegar hasta allí lleva bastante tiempo pero todos disfrutaban del viaje, de la compañía de los amigos, viejos y recién conocidos, de poder charlar, compartir, intercambiar opiniones e informaciones… el trayecto se hizo más corto de lo esperado. Ya desde el mirador se podía apreciar todo el valle y tener una vista previa de lo que nos esperaba cuando llegáramos a las huertas y plantaciones, cuando sintiéramos el olor de las flores. Tras recorrer algunos kilómetros más y escuchar muchas informaciones del guía, pudimos bajar del autocar para visitar uno de los pueblos de nuestra ruta y dar un paseo junto a los cerezos.
Al volver al autocar resultó que, por ciertas razones, hubo que modificar el programa y tuvimos que partir antes de lo previsto para llegar a tiempo al lugar previsto para la comida. Una parte de los integrantes del grupo se sintió tan indignada y ofendida que empezó a demostrar su descontento y su agresividad en voz muy alta. Como de todos modos había que salir, la queja siguió durante el viaje. Un genio desagradable contagió al resto del grupo. A ambos lados de la carretera se podía apreciar el mismo paisaje pero ahora pocos le prestaban atención. Los excursionistas se habían dividido en dos fracciones. Unos protestando. Otros, indignados por esa protesta sin sentido.
¿Acaso el sol se había eclipsado? De ningún modo. ¿Tal vez el cielo se cubrió de nubes o habían caído las flores de los cerezos? En absoluto. Ante nuestros ojos teníamos lo que queríamos ver, por lo que habíamos venido de tan lejos. Tal vez un rato más corto de lo previsto, pero estábamos en el sitio donde queríamos disfrutar, apreciar, vivir unos momentos inolvidables. Estando en el autocar seguíamos divisando los mismos paisajes. Pero, de golpe, todo eso había pasado a un segundo plano.
¿Qué había pasado realmente? ¿A dónde y por qué desapareció el ambiente festivo y despreocupado?
¿Te suena de algo? ¿Ha ocurrido en tu vida que, por razones fútiles y sin importancia, hayas perdido la alegría, la felicidad, para dar paso a molestarte, indignarte, montar en cólera? ¿O bien, provocar malestar o sufrimiento a los demás?
Apuesto a que te acuerdas de muchas situaciones, momentos o historias de ese tipo. Y también a que, en muchos casos, dirás que fue culpa de aquel o de aquello. Que alguien no hizo algo o, al contrario, que hizo algo indebido. Puede ser que incluso admitas que fue culpa tuya porque tú eres así o asá.
Tengo una petición para ti. Déjalo. Aparta tanto justificaciones como acusaciones. Olvídalos. Quiero hacerte una pregunta de suma importancia: ¿QUIERES SER FELIZ? “Sí, pero…” Ya veo una larga lista de condiciones, objeciones y expectativas. Sin embargo, mi pregunta es sencilla: ¿DE VERDAD QUIERES SER FELIZ? ¿Cuánto te importa eso?
Si quieres, tengo una estupenda noticia para ti: es posible ahora y aquí. Lo puedes conseguir ya mismo. Te diré más, depende totalmente de ti. Ya que depende de ti mism@ tomar la decisión de ser feliz. ¡ESO ES! HAY QUE TOMAR LA DECISIÓN DE SER FELIZ. SE TRATA DE TU VIDA Y ERES TÚ MISM@ QUIEN TIENE QUE CONSTRUIRLA.
No eres una maleta arrastrada por alguien y cambiada de sitio constantemente. No eres un saco de demandas que espera a que alguien las cumpla para hacerte feliz (en realidad, ¿quién tendría que hacerlo?). La felicidad brota de tu alma, de tu corazón, de tu ser profundo.
Abandona la costumbre de emitir juicios continuamente: me gusta/no me gusta, bonito/feo, bueno/ malo, etc. Olvida las listas interminables de ilusiones respecto a todo, empezando por el tiempo, aspecto y comportamiento de los demás, y terminando con tu propia persona. Lo quieras o no, estás en la corriente llamada vida. Ella simplemente es. No se doblegará a tus expectativas. Acéptalo. Existen cuestiones que no comprendes, o que aún no comprendes. No necesitas juzgar, criticar ni condenar todo. Cuida de lo que brota de tu interior, de la clase de pensamientos y valores que tienen acceso a él. Es justo allí dónde se libra la batalla por tu felicidad. Si haces depender tu felicidad de tus propias expectativas y conceptos, de los hechos y asuntos externos, de lo que algo o alguien hagan para hacerte feliz, seguramente siempre encontrarás muchas causas para sentirte infeliz.
SI DE VERDAD QUIERES SER FELIZ NECESITAS CUIDAR DE ELLO. INVERTIR, EDUCAR TUS PROPIOS PENSAMIENTOS, TUS EMOCIONES. Necesitas educar a un ser feliz en tu interior. Un ser capaz de sentir alegría, de disfrutar, de vivir con entusiasmo, de ver el bien y sembrarlo en los demás.
Volvamos por un momento al autobús lleno de excursionistas. ¿Cómo crees que cambiaría todo si los integrantes realmente quisieran ser felices? ¿Qué clase de ambiente se habría podido crear?
Como he dicho, si quieres ser feliz necesitas tomar una decisión. Hazlo hoy mismo, no lo dejes pasar, aprovecha bien el tiempo y comprobarás que merece la pena.
Paloma
Posted at 16:00h, 11 abrilPrecioso y lleno de sabias palabras. Deberíamos esforzarnos cada día por ser felices de esa manera que explicas, aunque todos ponemos en algún momento algún límite a esa decisión, que debería ser nuestra prioridad. Ya sean expectativas, ilusiones de futuro, etc…. a veces se nos olvida vivir el presente en clave de felicidad. Gracias por recordármelo!!!