Lo que llevas entre las orejas

30 Oct Lo que llevas entre las orejas

Querid@ Lector@ y Amig@, te saludo con mucho cariño en este día frío, otoñal y bastante melancólico. Y al mismo tiempo te invito de todo corazón al increíble e interminable viaje a tu propio interior.
El ritmo acelerado de la vida nos invita a hacer todo lo contrario; el ruido que nos rodea habitualmente, el flujo interminable de los anuncios, las pantallas encendidas continuamente, una cacofonía de sonidos: este no es un entorno propio para un viaje dentro de uno mismo o para descubrir su propio misterio. Al mismo tiempo, seamos sinceros y honestos con nosotros mismos, sé honesto u honesta contigo mism@: muchas veces simplemente no nos apetece hacerlo, e incluso hacemos todo lo posible para no encontrarnos con nosotros mismos. ¿Qué te hace escapar de tí? ¿Qué se interpone en tu camino? ¿De qué tienes miedo? ¿Qué quieres saber por nada? Nuestra excusa favorita, la mía y la tuya también, es, por supuesto, la falta de tiempo que no nos permite llegar a todo. Sin embargo, lo encontramos para muchas actividades en las que queremos gastar horas y en las que queremos involucrarnos. Constantemente estamos corriendo tras algo y no nos gusta cuando alguien nos detiene repentinamente en esta búsqueda de… bueno, ¿detrás de qué estás corriendo?

Me inspiré para el tema de este post en una pregunta que surgió después de leer mi última publicación. Escribí sobre cómo nos estamos convirtiendo paso a paso en lo que pensamos. Sin embargo, hablé sobre el «pensamiento positivo», y la pregunta era sobre la totalidad de nuestra narración interior. «¿Solo nos convertimos en lo que pensamos intencionalmente o todos nuestros pensamientos influyen en lo que realmente nos transformamos día a día?»

 Para responder a esta pregunta, permíteme contarte un poco sobre cómo funciona nuestro cerebro. Es una herramienta realmente increíble y, al mismo tiempo, excepcionalmente complicada y avanzada. La investigación y los descubrimientos de los últimos años siguen asombrando a los científicos, porque parece que cuanto más sabemos sobre el cerebro, más preguntas e incógnitas surgen. El primer dato interesante es su asombrosa capacidad. El cerebro humano tiene más de 100 mil millones de neuronas y cada una de ellas puede formar sinapsis con otras 10.000. Esto significa un número y un nivel de complejidad inimaginables para nosotros. No hay computadora en la Tierra que pueda competir con lo que llevamos entre nuestras orejas. Tampoco es cierto que el cerebro humano solo se utilice en un pequeño porcentaje. Nada podría estar más equivocado. Se usa absolutamente al cien por cien, pero lo cierto es que también podemos aprender a usar su poder aún mejor porque, cuanto más lo usas, más se desarrolla.

Al ser un mecanismo tan avanzado, muchas de sus funciones están en un “segundo plano», coordinan y gestionan todo hasta tal punto que nosotros, o sea la mente, somos muy poco conscientes de ello. Y no se trata solo de gestionar los sentidos, mantener la presión arterial, el tono muscular y mil cosas más. ¡Oh, no! Mencioné que el cerebro hace conexiones neuronales llamadas sinapsis. Es una estructura asombrosa cien veces más elaborada y compleja que la red telefónica global moderna. Intenta imaginarlo. Es como un «cableado» interno y el propósito de ese cableado es crear «vías rápidas». Comparándolo con Internet moderno, diría que son una especie de «cookies». Guarda información para seguir ciertas pistas y, sin perder tiempo, lo más rápido posible, llegar a su destino. Si hablamos del trabajo del cerebro, estamos hablando de fracciones de segundo, de un automatismo tan avanzado que nuestra mente consciente no se da cuenta. Y aquí llegamos al meollo del asunto. El cerebro utiliza «aplicaciones y programas en segundo plano» en todos sus niveles. Registra absolutamente toda la información, nunca olvida nada (lo que no significa que nuestra mente consciente tenga acceso a esta información) y la procesa él mismo. Todo lo que digas, oigas, veas, sientas, pienses, aprendas, experimentes, hagas, creas o destruyas. Se guarda para siempre. Ocurre desde el inicio de nuestra existencia, desde la vida fetal. No lo recordamos, pero todo lo que no podemos o no queremos recordar se guarda en el subconsciente. Y desde allí actúa como un director en el asiento trasero de una limusina, invisible desde fuera (desde donde solo se ve al chófer) dando órdenes al conductor. Al observador externo le parece que el que conduce el carro va a donde quiere. Pero nada que ver, él va a donde le indique el jefe.

¿Cómo se relaciona esto con nuestras vidas y acciones? Bueno, tiene un significado extraordinario. El «cableado» que se forma en nuestro cerebro hace que surjan automatismos. Actuamos, reaccionamos de forma automática, repetimos nuestras acciones, pensamientos y sentimientos miles de veces, y esto a su vez fortalece el «cableado» interno. Frente a los estímulos externos, el cerebro hace una selección específica desde el principio. A los que normalmente les prestas atención entran en tu mente racional, los que sueles ignorar van al subconsciente. Por tanto, si habitualmente ves todo «en negro», tu cerebro registrará dicha información en tu conciencia, te mostrará lo que sueles ver y te confirmará en esta forma de ver el mundo, a ti mismo y a las personas. Creas una imagen para ti y tu cerebro te ayudará en eso. De alguna manera, buscará lo que quieres ver; de alguna manera atraerá lo que quieres ver.

Por tanto, la respuesta a la pregunta de mi interlocutor es sencilla. Por supuesto, nuestros pensamientos, emociones, comportamientos, miedos, diálogos internos o incluso peleas con nosotros mismos o con los demás construyen nuestro interior y, poco a poco, paso a paso, a lo largo de nuestra vida nos convertimos en lo que pensamos. No se trata de un comportamiento puntual. El «cableado» interno se basa en una repetición constante. ¿Quieres atraer la belleza, el amor, el bien, la alegría y la felicidad? Cambia tu «cableado» interno. Aquí es donde se realiza la selección de lo que quieres ver y lo que atraes. En cualquier caso, estás atrayendo hacia ti lo que eres y eres lo que estás atrayendo.

DE TI, DE MI, DE CADA PERSONA DEPENDE EN LO QUE SE CONVIERTE CADA DÍA.

Otra área en la que se puede actuar es en LA ELEVACIÓN DE TU PROPIA CONCIENCIA. No permitas que en tu vida todo funcione automáticamente.
¿Cómo elevar la conciencia? La forma más sencilla es haciéndote preguntas. Las que te dejo y las que te puedes hacer. Buscando respuestas honestas, que vienen desde tu interior, no solo repitiendo lo que siempre te dices. OBSERVACIÓN Y DISTANCIA DE NUESTRAS PROPIAS EMOCIONES.

¿Qué emociones te hacen actuar automáticamente?
¿Qué prefieres no saber?
¿Qué es lo que realmente quieres atraer a tu propia vida?
¿Qué acciones específicas tomarás para elevar tu propia conciencia?