02 May Introduciendo la luz
Una conocida artista serbia, Marina Abramović, fue distinguida con el Premio Princesa de Asturias de las Artes 2021. Viajó por todo el mundo con sus performances que causaron mucha perplejidad y desconcertaron a muchos. La más conocida y más perturbadora fue el “Rhythm 0”, realizada en 1974.
A través de esta performance, la artista evidenció lo que el ser humano es capaz de hacer si se le da una oportunidad: “Lo que aprendí fue que, si dejas que el público decida, te puede matar. Me sentí verdaderamente atacada: me cortaron la ropa, me clavaron espinas de rosas en el estómago, una persona me apuntó a la cabeza con una pistola y otra se la quitó. […] Después de exactamente seis horas, según el plan, empecé a moverme, porque estaba ahí como una marioneta para ellos. Y en ese momento todos escaparon, evitando un enfrentamiento real”.
Querid@ Amig@, tal vez te preguntas ¿por qué me traes ahora esta historia? Te acordarás de que hablamos sobre la sombra. Según tú, ¿desde qué parte de su personalidad actuaban las personas que durante seis largas horas maltrataron el cuerpo de Marina Abramović?
Vemos aquí un ejemplo desgarrador de la cobardía ante la verdad y de la maldad que las personas pueden llegar a tener si tienen la ocasión. Lo más terrible y triste a la vez fue que nadie animó al público a humillarla, ni tenían motivos para hacerle daño físico y mental.
En la mesa había 72 objetos y, en lugar de escoger el perfume, prefirieron el cuchillo y, en vez de entregarle la rosa, le clavaron sus espinas. “Recuerdo que al volver al hotel y mirarme al espejo, encontré un gran mechón de pelo blanco en mi pelo”, agregó Abramović.
¿Qué nos hace actuar de esta manera? ¿Qué se está ocultando en nuestras profundidades? Desde luego, no todo es luz, amor y buenas obras.
Ya lo hablamos antes, pero intento enfocarlo desde diferentes ángulos porque la sombra ignorada, oculta en lo inconsciente, puede tener un poder devastador y destructor. La misma guerra en Ucrania que, de una u otra manera, estamos viviendo y sufriendo es una muestra de esa sombra destructora dirigida hacia fuera.
En el post anterior, Querida Lectora y Estimado Lector, te invitaba a que reconocieras las huellas de tu propia sombra. A que las observes, admitas su existencia y veas cómo actúan en tu día a día.
Ya es momento de dar unos pasos más:
• Busca media hora tranquila. Es un encuentro importante y necesitas un espacio libre de ruido, sin gente a tu alrededor y sin tus dispositivos en marcha.
• Si has observado alguna de tus emociones, ya sabes cómo reaccionas frente a diferentes estímulos. Vuelve a la situación que te saca de quicio. Entra en esa emoción. Permítete sentirla. Revívela. No tengas miedo, no te pasará nada.
• No busques culpables, no te des muchas explicaciones. Es tu problema, necesitas hablar cara a cara contigo mismo y con nadie más.
• Pregúntate seriamente ¿de qué se trata? ¿Qué hace que esta persona siempre te ponga de mal humor? ¿Por qué te sientes humillado, olvidado, rechazado, amargado? ¿Cómo nace tanta rabia en ti? Para encontrar las respuestas adecuadas necesitas hacer algunas respiraciones tranquilas, escuchar tu propia respiración, el latido de tu corazón, y entrar en un estado meditativo. Silenciar la mente y querer oír las respuestas. Te aseguro que vendrán.
• Date permiso para estar quieto, en actitud de escucha. Permítete oír las respuestas. Te advierto que lo que vas a oír no será nada agradable. Sin embargo, no te rindas. Tal vez vendrá a tu mente una historia olvidada de tu niñez o juventud. Una humillación, un castigo injusto, soledad o miedo que hayas vivido. La sensación de abandono, de impotencia, vergüenza o rabia. Puede ser que de golpe te veas maltratado, herido y sientas el dolor, el llanto y la indiferencia de otros. También puede ocurrir que veas tu propia indiferencia, crueldad o la injusticia que has cometido y que no querías recordar hasta hoy. Eso también te dolerá y te avergonzará.
• Vive esa situación una vez más. Mírala como si estuvieses en el cine. No juzgues, no condenes. Comprende, acepta, vívelo.
• Sé consciente de tus emociones. Llora, grita, solloza o suelta palabrotas, desespérate o compadécete de ti mism@. Permítete expresarlo también en tu cuerpo, patalea o acurrúcate en una bola, lo que quieras, lo que necesites. No te preocupes, es una etapa de sanación, no un estado para quedarse en él.
Este punto es el más neurálgico. Es el momento para desbloquear y liberar toda aquella energía que querías mantener oculta, a raya, y que exigía de ti un enorme esfuerzo. Intentabas ocultarla, pero siempre salía vestida de mil disfraces. Ahora llegó el momento en que encontró una salida. Es un momento difícil pero no te hace daño, al contrario, te sana y te libera.
• Visualiza tu dolor, obsérvalo como un animal, un color, sabor, olor o forma – lo que tu mente quiera. Permítete verlo, hazlo hablar contigo y permítele actuar sobre ti. Si quiere pegarte, ¿qué más da? Que te pegue, no pasa nada. Tal vez en lugar de pegarte querrá que lo abraces o beses.
• Esto es lo que queremos – que tu dolor, tu sombra, esa bestia mala se sienta querida, abrazada y aceptada. Dale la bienvenida, acurrúcalo, dile que no lo olvidarás en adelante; en fin, dile lo que necesite oír para calmarse. Tu sombra necesita verse reconocida, amada y aceptada. También ponle los limites en los que pueda actuar en el futuro.
Luego permítele alejarse, pero no olvides hacer un espacio en tu profundidad para ella. Una sombra bien asimilada será para ti fuente de energía y de libertad. Como no tendrás que esconderla a la fuerza, esa misma energía será para ti una fuente de vitalidad. Como no tendrás nada detrás de esa puerta, podrás abrir las puertas de tu ser y sentir más libertad, más seguridad en ti mismo, y comenzar a amarte de verdad (con tus zonas oscuras incluidas).
Todo ese proceso lleva esfuerzo y tiempo pero, si realmente quieres madurar y crecer como persona, es indispensable. Forma parte de nuestro camino y te sitúa en el aquí y ahora, sin necesidad de repetir innumerables veces los hechos del pasado. También te sitúa en la verdad, te hace consciente de quién eres y te permite ser responsable de tu vida.
Seguro que vas a necesitar repetir el mismo proceso varias veces. Hazlo, no lo dudes. Cada vez que lo hagas estarás más libre y más sano.
Si necesitas ayuda, ya sabes que puedes contar conmigo. Un abrazo y que tus sombras se vuelvan una fuente de energía.
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