Entra en tu zona de confort

Entra en tu zona de confort

Si, si, lo has leído bien y yo tampoco me he equivocado, Querida Amiga y muy Estimado Amigo, ya es tiempo de volver a nuestra zona de confort. Ya sé que en los últimos años la famosa “zona de confort” ha tenido una carrera vertiginosa y que todos (yo incluida) te invitaban a que salgas de tu zona de confort, a que no te instales en tu zona de confort, a que te pongas metas y objetivos, y un largo etc.

Los expertos, al hablar de la zona de confort nos hablan de un estado psicológico en el que una persona se siente segura porque conoce sus coordenadas espacio-temporales y las controla, donde no experimenta ansiedad ni miedo porque no asume riesgos y, por tanto, no crece. El supuesto peligro de instalarse en este estado consiste en que el individuo recurre solamente a un repertorio limitado de conductas, creencias y afectos. Estos le permiten mantener un nivel de desempeño estable y aceptable en los distintos aspectos de su vida, pero sin asumir riesgos que puedan generarle ansiedad, incertidumbre o miedo. Sin embargo, esa sensación de seguridad puede llegar a ser perjudicial porque supone una pérdida de incentivos y motivaciones que llevan a caer en la monotonía, la apatía, la desgana y el desgaste. Así, la zona de confort se convierte, contradictoriamente, en un lugar supuestamente cómodo y que creemos haber conquistado, pero que en realidad nos limita y nos tiene subyugados.

Y todo esto es verdad y hay que saber salir de apatías y monotonías. Sin embargo, observando el mundo, hablando con las personas, leyendo miles de mensajes, noticias y telediarios me doy cuenta de que el mundo que estamos construyendo (y aportando cada cual a esta construcción), ya no conoce zonas de confort. Hemos salido de allí y con frecuencia ni conocemos el placer, la tranquilidad y la paz que proporciona estar en la propia zona de confort. Diría más aún: me da la impresión de que muchos de nosotros hasta hemos olvidado cómo se podría volver a la zona de confort y qué quiere decir la paz, la armonía y el bienestar interior.

Escuchando las noticias cada vez más tristes, alarmantes y en muchas ocasiones desgarradoras, intentando cumplir con las incontables obligaciones del trabajo, de los quehaceres cotidianos, las expectativas de otros que por alguna razón queremos satisfacer; de parejas, hijos, amigos, de estar actualizados, exigencias que intentan imponernos tantos y tantas “influencers”, de estar al tanto a la moda, de lo “ecológico” y lo “zero waste”… – Amiga y Amigo, dime sinceramente ¿Tú te encuentras en tu zona de confort?  ¿Cómo te sientes estando en tu zona de confort? Y lo más importante ¿Qué es para ti la zona de confort?

Me viene a la mente el inolvidable cuento “El caballero de la armadura oxidada”. El protagonista era un caballero bueno, amoroso y generoso, tan bueno y tan generoso, que siempre estaba dispuesto a luchar por cualquier causa noble. Salía sin ninguna demora y, como había tantas causas nobles por luchar, ocurría que salía al mismo tiempo hacia diferentes direcciones. El caballero tardó mucho en comprender que yendo al mismo tiempo en diferentes direcciones no se puede llegar lejos.

Pero a nosotros a menudo nos ocurre lo mismo: intentamos ser tan buenos, amorosos, generosos y valientes que salimos todo el tiempo a luchar por todas las causas nobles que se nos presentan, incluso intentamos correr al mismo tiempo en diferentes direcciones.

 

Igual que el caballero del cuento, tú y yo, Querida Lectora y Estimado Lector, podemos avanzar en una sola dirección. No podemos luchar contra todo y contra todos en el mismo momento. No podemos arreglar o cambiar todo de golpe y en el mismo momento. Si al mismo tiempo intentas cambiar el trabajo, luchar por la paz del mundo, comenzar a correr, perder peso, bailar, salvar ballenas y aprender inglés, hacer una reforma en casa y ayudar a tu amiga con sus problemas…, eso no funcionará. La razón es muy simple. La energía muy dispersa no tiene fuerza, te perderás en muchos propósitos y muy pronto te sentirás agotado.

Por eso necesitas volver a tu zona de confort. EN PRIMER LUGAR, NECESITAS TENER TU ZONA DE CONFORT, CONOCERLA Y APRECIARLA. ES TU SITIO, TU LUGAR DONDE ESTAR A GUSTO, SEGURO Y AGRADECIDO.

¿Cuál es? Puede ser un lugar físico, tu casa, la playa, las montañas o tu propio jardín. Pero igual puede ser tu deporte favorito, tu hobby, la lectura, la música, un grupo de verdaderos amigos, tu cónyuge, el trabajo. Pueden ser unas horas de descanso, oración, meditación, el Camino de Santiago o una moto y kilómetros de autovía por delante que te hagan sentir libre. Lo importante es que sepas que esa es tu zona de confort a la que puedes volver para sentir la seguridad, la libertad, reponer las fuerzas y descansar. Lo importante es que lo sepas, que seas consciente de ella.

DISFRUTAMOS DEL VERANO. ES UN TIEMPO PERFECTO PARA ENTRAR EN TU ZONA DE CONFORT Y DISFRUTAR DE ELLA Y, SI NO LA CONOCES, ES UN TIEMPO PERFECTO PARA DESCUBRIRLA.

De tu zona de confort vas a salir para fijar tus metas y conseguir lo que quieras, pero recuerda volver siempre a ese sitio favorito y saborear la vida.

Que la vida es para vivirla, saborearla y disfrutar de ella. Que nadie la viva viéndola como una lucha de todos contra todo.

SAL DE TU ZONA DE CONFORT, ALCANZA TUS FINES, PERO VUELVE, SIEMPRE VUELVE.

Y LA ÚLTIMA COSA QUE HOY QUIERO COMPARTIR CONTIGO: LA ZONA DE CONFORT PERFECTA ES TU PROPIO CORAZÓN, BUSCA EL CAMINO PARA VOLVER ALLÍ, TE LO DESEO. UN ABRAZO Y BUEN FINAL DE VERANO.           

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