Celebra la vida

11 Jul Celebra la vida

La belleza y el valor de cosas, personas y hechos comienzan en el alma.

Hace años conocí a una mujer joven que siempre me pareció muy madura y llena  de sabiduría. Lo que llamaba atención era su capacidad para tomar distancia frente a las adversidades y una gran madurez en sus reacciones cuando las cosas se complicaban. Se distinguía por la paz, la serenidad y el arte con que afrontaba las pequeñeces de la vida, que en ocasiones pueden envenenar nuestras vidas y las relaciones con los seres queridos.

Una vez le pregunté por ello y su respuesta se me grabó para siempre. Me contó que su padre había fallecido joven y de manera totalmente inesperada, y su madre se entregó a la desesperación. Pero el motivo de la desesperación no era tanto la muerte en sí, sino el hecho de que en las últimas vacaciones se habían peleado todo el tiempo por cosas sin ninguna importancia. Mi madre, contaba mi amiga, no era capaz de superar esos recuerdos. Año tras año volvía a recordar esas vacaciones,  los momentos en que aún estaban juntos y podían disfrutar de ello y, en vez de hacerlo, perdían el tiempo en peleas sin sentido. Entonces comprendí qué es lo importante en la vida y cómo quiero vivirla, decía mi amiga. Nunca sabemos de cuanto tiempo disponemos para estar con los seres más queridos. Nunca sabemos si éstas serán las últimas vacaciones o los últimos momentos.

Precisamente ahora estamos en pleno verano y a las puertas de las deseadas vacaciones. Un tiempo que querríamos vivir de manera diferente. Las vacaciones que, empezando por los pequeños y hasta que somos muy mayores, queremos aprovechar de la mejor manera posible. Tenemos planes y proyectos. Tú tienes tus proyectos, sueños y necesidades. Todos los tenemos. Y, al igual que mi amiga, ni tú ni yo sabemos si estas no serán las últimas vacaciones juntos, el último café, la última pelea o el último beso.    

Y si el año que viene volvemos a tener vacaciones, de todos modos serán ya otras vacaciones, porque las de este año jamás volverán. ¡Disfrútalas!

Hay gente que tiene planes vacacionales “de alta gama”, de lujo, con viajes lejanos y costosos. Hay otros que se alegran de poder salir de la rutina diaria por unos cuantos días, ir de paseo, en bici, al cine, leer tranquilamente o incluso dormir bien. Tenemos necesidades, expectativas y posibilidades muy diferentes. Eso es evidente y muy normal. Pero para celebrar las vacaciones existen elementos comunes y totalmente independientes del estatus económico o del tiempo de que se dispone. Lo que importa es tu actitud interior. También tus expectativas y la disposición. PORQUE, INDEPENDIENTEMENTE DEL MUNDO EXTERIOR, LA BELLEZA Y EL VALOR DE COSAS, PERSONAS Y HECHOS COMIENZA EN EL ALMA DE LA PERSONA QUE LAS CONTEMPLA.

¿Qué esperas?, ¿Qué momentos quieres vivir?, ¿Cómo quieres sentirte para poder decir que estas vacaciones han sido maravillosas?, ¿Qué harás para conseguirlo?  

Hoy te invito a disponerte a pasar unas vacaciones estupendas. Si quieres que sean estupendas – serán estupendas. Por eso las preguntas anteriores tienen tanta importancia. Contéstelas sincera y honestamente, dedícales un rato tranquilo, no será tiempo perdido. Escribe las respuestas para, de ese modo, disponer tu mente hacia los fines que quieres conseguir y para “programarte” hacia ese objetivo.

Mira la foto de al lado. No es el sitio en el podio lo que define el nivel de alegría y satisfacción por el éxito, sino la disposición interior. A cuál de los dos competidores quieres parecerte?

Te voy a revelar un secreto, un misterio desvelado hace poco por la ciencia moderna. De nosotros depende cómo queremos sentirnos y lo que queremos experimentar. Porque no son rasgos innatos como el color de los ojos, del cabello o de la piel, sobre los que no tenemos ninguna influencia. En cambio, tenemos una influencia increíble sobre nuestra actitud interior, nuestra disposición y percepción, tanto de la propia persona como del mundo exterior. El cerebro, tanto el mío como el tuyo, registra sin parar millones de estímulos. Nuestra mente no es capaz de procesar tanta información que recibe en todo momento. Así que, ya desde “la entrada”, se produce una selección de información y casi todo va al subconsciente. La mente razonable solo recibe los datos en  los que sueles fijarte. Si sueles concentrarte en lo negativo, en lo que falta, en lo que no hay o lo que “se debería”, de esa manera “programas” tu percepción de la realidad. Si buscas belleza, bien, armonía y sentido, tu cerebro empieza a informarte sobre esas realidades.  Te asombrarás al ver la inmensidad del lado positivo de las cosas. Pero hay algo más. Y es que tu actitud interior en gran medida modela tu mundo exterior. Porque el mundo exterior, de alguna manera, se adapta a la imagen que llevas dentro. Admite que esto es algo serio.

De ti depende qué es lo que verás en primer lugar, en qué te fijarás. De ti depende la alegría que sentirás. Ensancha tu corazón, ahóndalo, hazle caso. No permitas ensordecerte con una continua fuga de ideas, tristezas, rencores, desganas o quejas. Haz un verano diferente. Vive tus vacaciones de otra manera.

Hoy te invito a ejercitar tu atención. Cada tarde agradece por cinco cosas, personas o hechos. Incluso por las pequeñeces: el buen tiempo, una sonrisa, los niños jugando, un precioso paseo, la copa o el café con amigos, una llamada o unas bonitas flores en el jardín. Cada día descubrirás más motivos para agradecer.

OBSÉRVALO, DISFRÚTALO, AGRADECE Y CELEBRA LA VIDA.

¡Y no te olvides de enviarme alguna foto de tus estupendas vacaciones!