Ama a tu niño interior

26 Jul Ama a tu niño interior

Me encantan los niños pequeños. Me encanta verlos en los carritos empujados por los papás y las mamás, verlos reír, enfadarse, entusiasmarse o hablar.  Los parques y las calles están llenos de esos seres pequeños, de esas personas por estrenar, de esa vida que comienza con tanta fuerza y tanto entusiasmo. Los peques, como se les llama con cariño. Observándolos casi puede verse cómo se ponen en marcha las invisibles antenas que captan todo estímulo e impulso que llega desde el exterior a su consciente e inconsciente.

El otro día, hablando con mi hermana, una feliz y cumplida madre de cinco hijos, me dijo lo mismo: que ahora se fija más en los niños y lo que observa no deja de sorprenderla. Cómo de una criatura tan pequeña, indefensa y totalmente dependiente de los cuidados y del amor de los padres en pocos meses se asoma al mundo un ser increíble, que realmente asombra al observador atento.  Mi hermana se reía recordando que cuando los suyos eran pequeños eso le parecía normal, sin embargo ahora lo ve como un verdadero milagro de la vida y un increíble misterio del ser humano.

Porque, sin ninguna duda, es un misterio increíble. La capacidad de aprendizaje, la rapidez con la que los niños captan, imitan y enseguida actúan por su cuenta como si fuera algo innato. La niña que apenas da sus primeros e inseguros pasitos, al día siguiente ya suelta su manita de la mano de su madre porque quiere caminar sola, porque es un ser libre y se lo demuestra a todo el mundo. Y lo hacen con una fuerza increíble, con convicción y perseverancia. En cierta ocasión, una amiga me contó muy entusiasmada que había visto a un niño en un campo de golf. No tenía ni dos años. Llevaba aún pañales dentro de sus pantalones y el chupete en la boca, pero en la mano portaba el palo como si hubiera nacido con él y, siguiendo las instrucciones de su padre, ya daba golpes totalmente acertados y disfrutaba metiendo la bola en los hoyos. ¡Así es! Cuando algo les gusta no se cansan, disfrutan tanto que su energía parece renovarse al actuar.

Querid@ Amig@, si hasta ahora no se te ha ocurrido mirar a los niños bajo esta perspectiva te lo recomiendo y te invito a que lo hagas. Y la razón es muy sencilla. ESE NIÑO ERES TÚ. No importa si han pasado ya 20, 30, 40 o más años.  Un día tú fuiste como ellos. Y no sólo eso, en las profundidades de tu ser todavía hay un niño.

Un niño que nunca se cansaba de jugar, uno que no tenía miedo a nada y al que nada le parecía imposible, que se inventaba las cosas y conseguía lo que se proponía porque todavía no sabía que no se puede llegar, lograr, que está prohibido… no sabía nada de eso. Ese niño tenía sus sueños y expectativas, tenía confianza en sí mismo y en sus seres más próximos y más queridos. Era un niño feliz y alegre, con una energía desbordante, capaz de entusiasmarse con todo, dispuesto a todo.

¿Dónde está ese niño? ¿Lo conoces? ¿Eres buen amigo suyo? ¿Conservas algo de su inocencia, entusiasmo y creatividad? ¿Sigues con ganas de vivir?

Porque a lo largo de los años ese niño acaba oculto por las cenizas de la rutina diaria, por los problemas a resolver, por el olvido, por no querer ser niño. Pero ya es tiempo de volver a reconciliarse con el niño que un día fuiste.

Una de mis herramientas favoritas de coaching profundo es la del niño interior. Las personas quedan totalmente asombradas y profundamente conmovidas al ver ese niño que se encuentra en su ser profundo. Se reconocen en ese niño, se reconcilian con su niñez y con todo el pasado. Recuperan su energía y confianza, recuperan la creatividad y la fuerza interior.

En la sesión de coaching profesional podrás conocer y hacer buenas migas con tu niño interior. Y esa nueva relación contig@ mism@ te proporcionará la renovación de tus fuerzas vitales. Es muchas ocasiones, el cansancio crónico, la rutina, el sentirse quemado por dentro y falto de felicidad son síntomas de una ruptura con uno mismo, de una infidelidad y, en definitiva, de una falta de amor a uno mismo.

Aprovecha el tiempo de vacaciones o tal vez sólo un fin de semana tranquilo. Te invito a que busques algún tiempo para ti y tu niño interior. Tranquiliza tu mente y apacigua las emociones. Como siempre recomiendo, silencia el teléfono, la tele o lo que sea. Respira hondo y pídele a tu mente que venga la imagen del niño interior que está en tu ser profundo. Mírale, pregúntale cómo esta, pregúntale qué necesita para ser feliz, en qué puedes ayudarle.

No te apures, dale tiempo, las respuestas vendrán. Escúchalas atentamente porque en estas respuestas encontrarás las pautas a seguir. Saber qué necesita tu niño interior te ayudará a comprender lo que necesitas tú, una persona adulta. Satisfacer las necesidades de tu niño interior te ayudará a recuperar las fuerzas interiores, alegría, energía, creatividad y entusiasmo.

Comprométete con tu niño interior y aprende a amarle de verdad. Eres tú mismo, es un compromiso serio contigo mismo, es volver a tus profundidades y conectar con tu SER PROFUNDO. La decisión es tuya: SI QUIERES SER UNA PERSONA ADULTA Y MADURA, UNA PERSONA COMPLETA Y FELIZ, CAPAZ DE IRRADIAR LA FELICIDAD Y DE ENTREGARTE DE VERDAD – CONOCE, AMA Y COMPROMÉTETE CON TU NIÑO INTERIOR.