19 Sep Tus salvavidas personalizados (2)
Todos conocemos más o menos el mundo de los ordenadores. Y todos sabemos que el ordenador se puede “atascar”, se congela; cuando abrimos demasiadas ventanas o intentamos hacer demasiadas operaciones al mismo tiempo, definitivamente el ordenador se te congela. No hay manera de moverlo, poco a poco hay que cerrar todo, dejarlo tranquilo y a lo mejor vuelve a funcionar después de un rato.
Somos mucho más que una máquina y, por tanto, necesitamos un “mantenimiento” correcto. No puedes abrir mil ventanas al mismo tiempo y limitarte solo a hacer un sinfín de clics. Eso no funciona. Ya que eres un ser incomparablemente más complejo y complicado que cualquier ordenador, necesitas un reseteado mucho más profundo. En realidad, esto deberían enseñarlo en las escuelas antes que a leer y a escribir porque cada día nos hace más falta. Antes de “amueblar” las cabezas de los niños y los jóvenes debería enseñárseles cómo mantener el orden y la limpieza en ese instrumento tan maravilloso y al mismo tiempo tan complejo que es nuestra mente. No se hace, no lo aprendemos desde pequeños y, por tanto, nos encontramos con innumerables problemas y sufrimientos. Intentemos hacerlo ahora: lo que necesitas es cerrar todas las ventanas que te sobran en este momento (y te aseguro que lo puedes hacer) y profundizar.
La cultura contemporánea y toda nuestra civilización alientan a acumular, a coleccionar. Por tanto, coleccionamos cosas materiales, pero también experiencias, viajes, estudios, cursos, amigos de Facebook, likes de Instagram, noticias y millones de informaciones que nos sobran. Estamos como un hambriento incapaz de saciarse con nada. Es un rumbo equivocado. Tú no necesitas más cosas, estudios, ni likes. Lo que necesitas es un cambio de nivel. Necesitas pasar al siguiente nivel de este juego. CAMBIAR CANTIDAD POR CALIDAD.
En vez de ser un mero consumidor y receptor de lo que otros diseñaron para ti, hazte creador y diseñador de tu propia vida. Crea y construye tus propias relaciones de calidad, concédete tiempo, entrega y verdadero compromiso.
Las relaciones crecen y se desarrollan como un ente vivo y autónomo. Necesitan un ambiente que las favorezca. Al igual que las plantas necesitan calor, luz y agua, las relaciones precisan de tiempo, amor y respeto.
Existen tres círculos de relaciones que son vitales para cualquier ser humano, para ti también.
LO FUNDAMENTAL ES TU RELACIÓN CONTIGO MISMO. CONÓCETE, AMATE Y RESPÉTATE. Este es tu primer salvavidas para protegerte de la soledad.
¿Cuánto sabes de ti? ¿Cuánto tiempo te ofreces? ¿Sabes para qué te levantas cada mañana? ¿Para qué sales a tu estudio, trabajo o lo que sea? No existe nadie capaz de amarte y acompañarte mejor que tú mismo. Nadie más estará contigo día tras día, noche tras noche, hasta tu última noche. Conoce tu ser profundo, tus profundas necesidades, también tus miedos y tus sombras. Acéptate y ten compasión también de ti, porque lo necesitas. Disfruta de tu presencia y agradécete por estar contigo (y por aguantarte tantas veces. Sí, sí, no es ninguna broma).
No necesitas tener miles de amigos de Facebook, necesitas tener dos, tres o cinco amigos de verdad y dedicar a ellos tu tiempo. Necesitas construir relaciones en la vida real y no solo en la virtual. Necesitas bajar de tu trono en el que tu ego se sienta con tanto gusto y comprender que a un amigo real hay que dedicarle tiempo y no se puede apagarlo como una aplicación cuando te aburras.
EL CIRCULO DE AMIGOS REALES Y DE TUS FAMILIARES ES TU SEGUNDO SALVAVIDAS PERSONAL.
Las verdaderas amistades son un salvavidas que puede sostenerte en los momentos duros que de vez en cuando aparecen en toda vida.
Cuando digo verdadera amistad me refiero a una persona con la que tienes cercanía, respeto y confianza. Con la que te une una cierta complicidad de intereses y de amor desinteresado. Una relación en la que ambas partes ponen lo mejor de sí mismas. Puede ser también tu pareja, un familiar, siempre y cuando tengas la confianza y la seguridad de que la otra persona es capaz de sostenerte o acompañarte en determinados momentos. Ese tipo de relaciones no se encuentra de un día para otro. No se eligen en un supermercado. Cultivarlas exige tiempo y dedicación. Tú puedes dar lo que eres, puedes entregarte a los demás y también aprender a recibir. La vida es tremendamente recíproca: no puedes solo dar, no pretendas solo recibir.
Sal del mundo virtual y del mundo que reside solo en tu cabeza. Toca con los pies descalzos el suelo, siente la unión entre ti y la tierra, entre ti y la humanidad, entre ti y el universo, entre ti y Dios. Siéntete parte, porque eres una parte. Siente el fluir del universo, de la tierra, de tu familia y de tu persona. Siéntelo. Necesitas de otros, otros necesitan de ti.
ERES PARTE DEL PROYECTO Y NO UNA SIMPLE PIEZA DE UNA CAJA DE PUZZLE Y ESE ES TU TERCER SALVAVIDAS PERSONALIZADO.
Comienza a construir poco a poco esas relaciones, pueden ser pocas, pero que sean de buena calidad. Eso solo depende de ti.
¿Quién te puede ayudar? ¿A quién puedes ayudar tú? ¿Cómo cambiaría tu mundo si tuvieras un verdadero amigo? ¿Qué vas a hacer?
El Coaching Transpersonal no es una varita mágica que te da soluciones fáciles. Puede ayudarte de una manera increíble pero tú necesitas aportar tu propia creatividad, tu propia responsabilidad y tu propio esfuerzo.
Para la terrible pandemia de la soledad te propongo algunas soluciones. Y son de confianza total. Sin embargo, de ti depende usar la medicina, de tu creatividad, compromiso y ganas.
Te reto, ¿vas a apuntarte a este proyecto?
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