¿Dime quién eres?

30 Abr ¿Dime quién eres?

En varios encuentros que he tenido en las últimas semanas, personas muy diferentes me mostraban su curiosidad e interés por el Coaching y, más aún, por el Coaching transpersonal. Una de las preguntas más frecuentes, además de “¿qué es eso?” y “¿para qué puede servir?”, era “¿cuál puede ser el objetivo de un proceso de Coaching?”

Ya en la página de presentación ofrezco algunos ejemplos de diferentes situaciones vitales y de posibles objetivos para conseguir.  Pero hoy quisiera compartir un caso más, porque este ejemplo puede servir para comprender hasta dónde pretende llegar el Coaching transpersonal y en qué situaciones puede ayudarnos.

Hace algunos meses trabajé con una clienta que vino con un objetivo a conseguir muy claro.  Lo tenía muy pensado, según ella misma confirmaba, incluso muy sufrido. Al llegar al momento de fijar el objetivo, no tuvo ninguna duda ni vacilación. Su objetivo era: “QUIERO SABER QUIÉN SOY”.

No se trataba de una niña que no conociera a sus padres o de alguien que dudase de su identidad. Delante de mí estaba sentada una señora elegante, joven, guapa; una mujer con éxito profesional, un buen trabajo, recursos económicos más que suficientes, con la familia completa, con principios y valores. Sin embargo, su gran sufrimiento, nunca y con nadie compartido, era esa incertidumbre: “Yo no sé quién soy”.  Luego seguía: “Sé que soy una profesional, que puedo hacer cualquier cosa y lograr mis fines. Sé que soy hija de mis padres, hermana y prima. Sé que soy esposa y madre. También soy creyente, católica y pertenezco a una parroquia. Ayudo a mucha gente. Pero todo eso son los papeles y roles que cumplo en la familia y en la sociedad. Hago lo que los demás esperan de mí o lo que yo creo que otros esperan. No sé decir “no” porque me siento mal y siempre intento agradar. Sin embargo, no me siento feliz, no me siento libre y demasiadas veces solo me dedico a cumplir con las expectativas de los demás. Pero, sobre todo, no sé quién soy yo misma en mi profundidad, yo como persona, yo como un ser. Solo me veo en función de los otros, para hacer, para cumplir”.

A lo largo del proceso de Coaching se adentraba más y más en su interior para conocer a esta persona que ella realmente era, para aceptar su fragilidad y su grandeza, para reconocer sus dones y valores. Empezó a darse cuenta de su profundidad y de sus necesidades, tantas veces ocultas y desconocidas. Fue un proceso de descubrimientos sorprendentes para ella misma y de una toma de consciencia increíble. Se daba cuenta de su gran valor y al mismo tiempo de sus necesidades y fragilidades, de la libertad que ella misma se negaba a permitirse, sin que nadie se la hubiese quitado.

Al final del proceso, era una persona que había descubierto tanto la libertad como la responsabilidad por su propia vida y la de los demás. Se dio cuenta de que no era una simple marioneta condenada a cumplir ciertos roles y papeles. Se dio cuenta de su enorme profundidad espiritual, de su grandeza y de su felicidad.

Al parecer, en su vida exterior no ha cambiado mucho. Sin embargo, ahora es otra persona: feliz, consciente y responsable. Y, sobre todo, libre. La pregunta clave con la que comenzó el proceso fue para ella como una palanca que la ayudó a ver su profundidad y su libertad. También pudo apreciar el gran valor de su propia dignidad en todos esos papeles que desempeñaba en su vida.

Ahora, te dirijo a ti, apreciad@ amig@, la misma pregunta:  “Y tú, ¿quién eres?” No pregunto por tus roles y funciones en la familia y en la sociedad. Pregunto por ti. Cuando estás fuera de tu familia, fuera de tus obligaciones, fuera de los lazos familiares, sociales, religiosos. Cuando te quedas solo, cuando el teléfono no suena, el Facebook está inactivo y ningún mensaje nuevo aparece en WhatsApp. Cuando el trabajo está acabado, cuando tienes una tarde libre y vacía…  “¿QUIÉN ERES?”

Ya ves que la respuesta no puede ser: “soy un profesor” o “un ama de casa”, ni “soy católico o ateo”, tampoco “soy la esposa de…” o “soy soltero o divorciado”. Más allá de todo eso, le pregunto a tu ser profundo:  “¿QUIÉN ERES?” La respuesta es para ti, ¿qué te vas a responder a ti mismo?

¿Qué harás para conocer la respuesta?

Se trata de tu propia persona y de tu propia vida. No vaya a ser que la persona menos conocida para ti eres tú mism@. Te invito y al mismo tiempo te animo: busca la respuesta en tu profundidad. En un trabajo serio. Pasa por las diferentes capas de tu ser. Llega a los niveles profundos de tus verdaderas convicciones, deseos y miedos hasta conseguir las respuestas que te das a ti mismo.

DESCUBRE UN VALOR INMENSO DE TU DIGNIDAD COMO SER HUMANO, EL MUNDO DE TU ESPÍRITU, LA LIBERTAD QUE TIENES. ¿En quién te apoyas? ¿En quién confías? ¿Cuál es tu fundamento sólido e inmovible?

Eres un ser excepcional y en todo el Universo no hay otro igual. AGRADECELO.

¿Qué clase de respuestas te darás a ti mismo?

¿Qué vas a hacer de manera diferente desde hoy?