La Ruta del Cares

26 Oct La Ruta del Cares

Amaneció un día estupendo, parecía de verano y no de otoño, como realmente era. Visitábamos el espléndido y majestuoso Parque Nacional de Picos de Europa con sus preciosas vistas, sus montañas y barrancos, sus ríos y senderos.  Y tuvimos la suerte de poder hacer un poco de senderismo, o tal vez no fue solamente ‘un poco’, porque hicimos la ruta de Cares. Como formábamos un grupo grande, había varias opciones: alguno se apuntaba a la ruta de veintitantos kilómetros, otros menos experimentados a unos doce, y hasta había la alternativa de quedarse en el sitio sin recorrer ninguna ruta.

Partimos. Como ya he dicho, era un día de ensueño: claro, cálido, seco; mejor imposible. Disfrutamos de los paisajes incomparables, de la compañía de los que estaban al lado, de superar nuestro propio cuerpo, el cansancio, a veces el miedo o vértigo. Claro, también había que descansar; en ocasiones nos sentíamos cansados o agotados, había que beber agua y  tomarse un tiempo para reponer fuerzas, pero la recompensa la teníamos a la vista. La recompensa era todo lo que nos rodeaba, los maravillosos paisajes, la naturaleza en todo su poder y esplendor; pero también todo lo que ocurría en nuestro interior: felicidad,  gratitud, alegría, amistad, sentimiento de ser parte de toda esa grandeza y belleza, un sentirse enriquecido y agradecido. Y, finalmente, también algo de orgullo por haber llegado a nuestra meta, que por la tarde ya se nos hacía muy deseada.

No puedes experimentar todo eso sólo mirando las fotos, los videos o documentales, por muy bonitos o bien hechos que estén. Para ser consciente de verdad tienes que emprender el camino, dar el primer paso y el siguiente, y otro, y otro más…

En un momento pensé en las personas que por diferentes motivos decidieron quedarse en el sitio. ¿Qué hacían? ¿De qué disfrutaban? ¿Cómo pasaban ese día maravilloso?

Y, de pronto, he visto toda esa ruta con centenares de personas que subían y bajaban ese día, como una imagen estupenda de nuestra vida. Millones de personas que suben, que quieren superarse, que buscan su ruta, que fijan sus metas y los objetivos a conseguir.     

Hay metas y grandes objetivos por los que eres capaz dar la vida, el tiempo, el sacrificio, cualquier esfuerzo. Nada se escatima con tal de conseguirlo. Hay otros de menos importancia pero que también quieres conseguir, y por eso te levantas de un sitio cómodo y das el primer paso, y el siguiente, y otro más…

Así te fijas unas metas, y después otras… y no te quedas sentad@ en el sofá.

Porque querer fijar nuevas metas y objetivos a conseguir tiene un valor inmenso. Por tanto, no te quedes sentado al borde del camino, no pierdas tiempo, no  permitas que las horas se te escurran entre los dedos – no volverán jamás. Y no estoy hablando sobre trabajar sin parar o buscarse siempre nuevas ocupaciones, de eso nada. Porque una meta de mucho valor puede ser aprender a descansar, a dar al cuerpo lo que verdaderamente necesita o pasar más tiempo con la familia o con los amigos. LO IMPORTANTE ES QUE ESA SEA TU DECISIÓN, QUE SEAS CONSCIENTE DE LO QUE QUIERES CONSEGUIR Y QUE LO HAGAS.

Pregúntate con toda honestidad ¿para qué lo quiero?, ¿qué aporta este proyecto a mi propia vida, a la vida de los demás?, ¿para qué lo hago?

¿PARA  QUÉ?

De las muchas posibilidades y proyectos que se presenten, escoge lo que realmente quieres conseguir.  Repito lo importante:

NO TE QUEDES AL BORDE DEL CAMINO. BUSCA TUS PROPIOS FINES, CONSÍGUELOS, SIENTE LA ALEGRÍA DE HACERLO Y DISFRUTA DE TUS LOGROS. 

AL FIJAR las metas a conseguir, analiza si son concretas.   Piensa en lo que realmente quieres, lo que de verdad te interesa y dale nombre a tu objetivo. De otro modo, el proyecto se diluye y sólo queda una idea vaga.   

Otro factor importante es que sean realizables y realistas.   Tienen que ser ambiciosos – no te quedes en la mediocridad -, pero también posibles y realistas. Evalúa tu propio potencial, atrévete a ver tus puntos fuertes y tus debilidades, valora y decide. Si no lo haces, al encontrarte con las primeras dificultades vas a retroceder.  

Establece también el tiempo  necesario para conseguirlo, de otro modo nunca lo vas a lograr. 

Piensa cómo vas a medir el progreso , necesitas ver tus logros y disfrutar de ellos.

SERÁ COMO TU PROPIA RUTA DEL CARES. TÚ MISMO SERÁS EL PRIMER BENEFICIADO,  POR TANTO NO DUDES EN TRAZARLA. COMIENZA TU PROPIA RUTA, CONSIGUE TUS FINES, DISFRUTA DE ELLO Y NO TE QUEDES SENTADO SIN HACER NADA.